miércoles, 9 de septiembre de 2009

GUSTAVO VELEZ, PADRE, AMIGO Y HERMANO


Hablar del padre Gustavo Vélez es hablar de Beatriz Restrepo, de Ana Mercedes Gómez de Calixto, de tejas arriba, de ese gran equipo que formaban los tres hace treinta y un años atrás, con el afán desinteresado para hacer llegar semanalmente a los lectores del Colombiano su ya conocida columna, tejas arriba y anteriormente los ya conocidos Papis.
No tenemos con quien reemplazarlo pues seria en vano encontrar una persona que reúna tantos dones como Gustavo Vélez. El no da, ni dice misa, el se entrega a su gente en una amena charla espiritual en la que sin querer queriendo nos va metiendo a Dios por todos los lados. He asistido a varias ceremonias y creo o estoy seguro que nunca nadie nos podrá hacer llegar un mensaje espiritual como el lo hace. Para el no existe la muerte y la enfermedad, pues solo son estados del cuerpo, no cambios negativos como la mayoría lo creemos. El humor mordaz y el positivismo siempre están presentes en el, una sonrisa o buen comentario como respuesta a nuestras preguntas. Consejero infatigable, amigo, compañero, franco y sincero como el solo. El Domingo 7 de Septiembre, le dio por subir montaña arriba con otro compañero y no aparece.
Sarcásticamente, Calixto se nos fue un Domingo montaña arriba a dialogar con Dios. Siempre ha estado y seguirá estando con los que tuvimos el privilegio de haberlo conocido.
Se me olvidaba, resucitó al tercer día, hoy Miércoles.

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