miércoles, 8 de octubre de 2008

EL MISTERIO DE LA MICA

Creo que la primera ves que vi una mica o bacinilla de porcelana fue en la casa de las tías abuelas, en el Palo con la Playa. Cuando éramos niños acudíamos como he narrado ya a esa casona, y yo solía deambular por las innumerables alcobas de esta .En el patio trasero veía yo la bacinilla de porcelana espectacular que era sometida a un religioso y ecológico proceso de desinfección cotidiano en un rincón. Se trataba de una bacinilla o mica blanca pintada con motivos violetas , cuya oreja delicada no permitía sospechar que prestara con tan comprobada resistencia el servicio nocturno en la casa de mis bisabuelos. Era pues una antigüedad que dio dignidad y prestancia a las recamaras de aquella casona. Era única en su especie pues las micas normales eran ya muy pocas y eran fabricadas en peltre. Parte de los interrogantes que despertaba en mi la mica se refería a la correcta identidad de la usuaria .Nada hacia pensar que en casa de tan discretas damas y varones pudiese prestar la mica un degradante servicio colectivo. Herencia tal ves de algún antepasado, debía ser valioso adminiculo a la orden de una sola de mis tías abuelas. Mucho tiempo cavilé y trate de saber quien era la dueña, hasta que un Domingo recorriendo el patio trasero, note con tristeza que habían pedazos de la susodicha mica regados por todas partes. A la hora de la media mañana carito, la mayor de ellas tuvo que sentarse encima de un cojín y gracias a este revelador detalle, conjeture el desgraciado accidente de asiento, el súbdito derrumbe de la bacinilla quebrada y la dolorosa cartografía de rasguños en las nalgas níveas de la señorita Carito que quedara como consecuencia del desplome. Ella, siguió envejeciendo con el nostálgico recuerdo de la bacinilla grabado en un sitio al cual varón alguno ha tenido acceso, y yo logre develar el misterio de la mica.

lunes, 19 de mayo de 2008

LOS UNOS A LOS OTROS

HOMENAJE POSTUMO A RICARDO ANDRES ECHAVARRIA

Por
José Luis Echavarría Restrepo

A Ricardo, asesinado el 17 de mayo de 2001 en el Parque Lleras.

En el parque me encontré con esa extraña nube de pólvora y metralla, de despojos, de terror y de muerte. Buscándolo, lograba imaginarlo tal como siempre fue, con esa alegría suya casi endémica, con esa virtud, ya hoy en extinción, de amar y hacerse amar. Pretendía encontrarle en los escombros, me daba temor pisarlo. Empecé a enloquecerme por dentro; lo presentía arriba, en su patíbulo, mirándonos desde su nueva y distinta perspectiva. Tuve la sensación de mutarme por dentro, empezó a marcharse la tristeza y la remplazaron el odio, la rabia, y la impotencia. Fue cuando conocí esa sensación nueva que te llena de muerte la vida. Necesitaba verlo muerto para no soñarlo más vivo.

Me enteré entonces que estaba ya en manos de funcionarios oficiales, y que debía presentarme ante ellos, a que dijera que sí, que ese cuerpo frío y amorfo era él. Me preguntaron y les pregunté a ellos que si tenían sospechas, que me dijeran quién podía haber cometido semejante crimen. Trataron de explicármelo y me dijeron que podían haber sido aquellos para inculpar a los otros, o que tal vez los otros para que todos creyéramos que habían sido los demás, o que tal vez estos últimos para inculparlos a ellos, o que tal vez... Desde esa noche me propuse entenderlo y hoy públicamente voy a denunciarme y a denunciarlos, a todos, a ellos, a nosotros, a los funcionarios, a los verdaderos culpables del 17 de mayo, y de todas las fechas de esta guerra nuestra de todos los días.

Voy a narrarlo como lo siento hoy, después de haber escuchado múltiples versiones, leído todos los dictámenes, recibido condolencias, y de pensar todos los días, en esa forma ancestral de matarnos. Lo asesinamos nosotros, los que creemos ser felices en esta nueva y extraña sociedad, en la que todo está en venta.

Somos los creadores de este extraño mundo en el que remplazamos nuestros valores por unos nuevos y distintos que pretendemos mejores, y en el que además tenemos un nuevo modelo de Dios, mejor que el anterior, prefabricado por todos, por mí y por ustedes, sumiso Él a nosotros. De una u otra forma culpables, todos, los supuestos inocentes, por lucrarnos o permitírselo a los demás, por acción u omisión, por participar o por no hacerlo, por encubrir todo y a todos, por pretender juzgar, con esa potestad que creemos tener, de señalar culpables y dictar sentencias. De hablar tan poco de vida y tanto de muerte por desuso se largaron los valores. No sigamos pretendiendo sólo orar, en un mundo en el que parece que Dios se hubiera llenado de desprecio por nosotros.

martes, 12 de febrero de 2008

MIS NAVIDADES

La avenida la playa desde el teatro Pablo Tobon se engalanaba de luces y bombillos, pero bombillos grandes de todos los colores, los arboles parecían cargados de racimos de frutas. Bajaba pues esta gran cascada de luces , sin avisos ni alegorías a nada, sino luces hasta Junín donde giraba para proceder a derramar el gran resplandor en el parque de Bolívar ,donde remataba con la fuente que hacia un borbotón de agua y colores contrastando con la milenaria iglesia. Todo esto se acompañaba con un paquete de críspelas dulces y calientes, o un delicioso cono de la San Francisco. Luego se cogía el carro para ir a ver el alumbrado de la Avenida el Poblado que era en ese entonces de un solo carril y quedábamos extasiados viendo los alumbrados tanto de las casas como de los arboles que habían en el medio de la avenida. Por la Agucatala bajábamos a la autopista para ver las fabricas que sin faltar ninguna ,lucían sus alumbrados.
Se conservaba pues el espíritu navideño y la unión de familia y se creía aun en el niño Dios y en Papa Noel, los veinticuatro nos acostábamos temprano esperando la sonora campanita en el primer piso que anunciaba la llegada del niño Dios, a lo cual salíamos veloces escaleras abajo para llegar a la sala atestada de regalos bajo el árbol. Me imagino que el poder de adquisición era mucho mas grande en esa época pues se podía encontrar regalos de un sinnúmero de familiares par cada uno de nosotros. El árbol era gigantesco y también cargado de miles de bombillos y toda serie de bombas de diferentes colores donde podías ver reflejada tu cara en forma de pescado. Comenzaba pues la rapiña de regalos y las miradas recorrían de lado a lado las etiquetas de los traídos buscando afanosamente nuestro nombre, para proceder a desbaratar los papeles de celofán y sacar los regalos. Carros de Policía ,cohetes Apolo , muñecas gomelas, maletines de doctor y kits de cocina, eran los principales regalos. Después todos en compañía de nuestra abuela Sofi y nuestro tío Guido pasábamos a manteles donde degustábamos unos suculentos pollos horneados acompañados de una gran ensalada y los infaltables ñoquis de nana, y para terminar con broche de oro una deliciosa leche asada, postre muy famoso en aquella época. En la tarde salíamos en compañía de mi padre y mi madre a llevar a Virginia una señora muy pobre, un gran mercado al Barrio Villa Hermosa.
Al otro día todo volvía a la realidad y despertábamos de nuestro sueño para empezar en mi caso a desbaratar los juguetes para ver su funcionamiento. Estos pues eran los Diciembres de aquella época dorada y lejana.

jueves, 7 de febrero de 2008

CRISTIAN

CRISTIAN
Fue y ha sido uno de los personajes más relevantes en nuestra infancia. Llegado a Colombia, procedente de Bélgica en al posguerra, años 48 ó 49 si mal no estoy. Según mi tía Olga, lo conoció recien casada esta, en un hotel llamado Europa Normandí. que quedaba en el centro de Medellín. Estuvo un tiempo en Bogotá, luego en Santa Marta y por último se puso a sembrar algodón en San Pelayo. Después de muchos ires y venires vino a Medellín donde se estableció definitivamente para montar algo relacionado con confecciones y terminar con autopartes.
El caso fue que mi tía Olga lo presento a mi padre y como el hablaba francés muy continuamente, pues cayó como anillo al dedo y empezó una bella relación con el. Luego se consieron con mi madre quien tambien venia de Europa y fue cuando mi madre cayo en manos de mi padre Ernesto, cuñado de OLga Escobar. Cristian, vivió un tiempo en mi casa estando nosotros muy pequeños, o sea, era como un tío más, ya que convivíamos con él. La pieza del primer piso era para él, y el famoso escarabajo, del que tanto hablo en mi infancia, era de él. Tenía pues éste, o tiene,( Murio hace poco) por que no ha cambiado casi, unas grandes entradas en su frente con un cabello ensortijado y pelirrojo y un figura como sacada de una de las películas del señor de los anillos. Su acento es paisabelga, todavía se nota, sin embargo creo que es más paisa que cualquiera de nosotros. Creo que lo hicimos sufrir al máximo, ya que la bulla y la algarabía de siete niños jodiendo en una casa al unísono, lo debieron haber atormentado mucho. También tenía, o tiene aun para nuestro disfrute, una finca en Rionegro a la cual íbamos continuamente en nuestra infancia de temperada para reunirnos con nuestros primos Restrepo Sanatamaría y hacer toda clase de pilatunas. ¡Qué épocas aquellas! Tenía Cristian, en una de las muchas piezas de dicha finca, un gran bar con una gigantesca colección de licores de todo el mundo, de piso a techo, pues es aficionado al licor. Entrábamos mi primo Gabriel Restrepo y yo, aprovechando descuidos y hacíamos degustaciones de varios licores para luego salir turuletos de ésta. Al correr de los años se mudó donde mi abuela Sofy, quien lo quería como un hijo mas. Al morir ésta, Cristian se mudó a un apartamento en el centro de Medellín donde vive aun, y seguirá viviendo hasta que San Juan agache el dedo, pues creo que no cambia a Colombia y a su gente por nada en el mundo. Como cosa extraña, como lo narro en otro capitulo, mi tía Olga murió estando él de visita en su casa, después de casi veinte años de no verse.

martes, 5 de febrero de 2008

VIAJES

VIAJES

En nuestra infancia hacíamos muchos viajes a la costa y a Monteria,pues resulta que mi padre tenia un amigo y compañero de trabajo, llamado Jairo García quien era gerente de Coltabaco en Monteria. Uno de dichos viajes fue en avión estando yo muy pequeño, pero no vallan a creer que eran súper aviones, no todo lo contrario, eran ataúdes volantes,sobrantes de la segunda guerra mundial, conocidos como DC 3 o tetramotores. Llegamos al campo de aviación Olaya Herrera muy temprano en la mañana hacer una larga fila para abordar dichos vejestorios y empezaba mi angustia al ver que la hora de decolaje se acercaba.Pasajeros con destino Monteria,favor abordar el HK tal,y hágale a temblar haciendo el recorrido del hangar a la pista.Al lado de los dos grandes motores se paraban dos fulanos con extintores montados en ruedas para apagar la llamarada que despedían los motores al ser encendidos.Se podrán imaginar el susto de un niño mirando por la ventanilla semejante espectáculo.
Para colmo de males eran aviones que al abordarlos quedaba uno sentado inclinado en una banca larga como de iglesia, hasta que el avión despegara, ya que eran aviones de patín de cola. Al despegar después de semejantes peripecias nos tocaba aguantarnos un ruido infernal de los motores pues estos no eran aislados y el olor a combustible era muy penetrante. Ni cinturones ni nada parecido tenían ,como a las dos horas de sufrimiento extremo nos informaban que llegaríamos a Monteria, yo trataba de observar alguna pista pero solo se veía un tierrero inmenso donde se posaba el DC 3.En fin ya en tierra me destensionaba un ratico mientras me preparaba para la segunda etapa a la finca.
Al otro día abordábamos un jepeta Willis o algo así, que eran como las burbujas de hoy en día pero modelos 54. Las carreteras ni para que se las describo si el campo de aviación era un tierrero imagínense las trochas, con ese calor y saliendo de un pantanero para otro y a cada instante parecía que nos fuéramos a volcar. Cuando no era que se atravesaba una gran culebra en nuestro camino, a lo cual se bajaban dos peones armados de machete en mano para matarla y continuar nuestro recorrido. Al fin después de muchos tropiezos llegábamos a las haciendas para pasar la noches acompañados por gran cantidad de mosquitos, murciélagos y todo tipo de insectos rastreros como arañas y alacranes. Al despertar nos esperaba un frugal desayuno acompañado de la infaltable Cola Roman exquisita y claro no podían faltar las criadillas con huevos revueltos. El resto era montar a caballo todo el día y bañarse en lagunas de un material café que si mal no estoy le decían carulla. Luego al final de la tarde llegaba la cacería de batracios e iguanas,las cuales sometía a todo tipo de deserciones y operaciones en los ojos pues siempre me intrigaba su funcionamiento.

La Costa

Camioneta o Pick Up Ford modelo 1966, que lancha, doble cabina en fin ultimo modelo listo para arrancar a la costa, Cartagena con la infaltable escala en Monteria .Llenábamos el volcó con colchones de algodón y hágale, Matasanos arriba que no era pavimentada sino concretada o sea de concreto, los brincos eran inmamables pero era paseo. Luego hacíamos la típica parada en Yarumal en el restaurante de la Nena,que tenia un salón rojo donde estaban las fotos de todos los ex presidentes liberales. A continuación desfilaban ante nuestros ojos las mas esquisitas arepas acabadas de hacer acompañadas de mantequilla choreando y queso. Al seguir el viaje de ventanas abajo empezaba Cristo a padecer pues la carretera desde ese punto era destapada,bajábamos la carpa y siga hasta Caucasia donde llegábamos como cucarachas de panadería y con un sin numero de olores a vomito, peos y polvo. Mi madre sacaba una gran fiambrera blanca y empezaba la repartición de emparedados y gaseosas para luego seguir a Saagun donde comíamos la famosas rosquitas. Al fin después de muchas horas llegábamos a Monteria y nos quedábamos en un finca cerca llamada Mocari,donde después de muchas horas de sacrificio y polvo podíamos gozar de un baño en agua dulce y una refrescante Cola Roman. El paseo debía continuar a Cartagena al otro día, pero mi espíritu finquero y la pesadilla de diez horas mas me hicieron cambiar de opinión y fui el único de mis hermanos que se quedo en Monteria en la finca de otro amigo de mi padre llamado el Mono López, político de la zona donde disfrute mucho montando a caballo y en hamacas,diez días a mi antojo.

CANAIMA

Era la finca de los Caney y quedaba en Ayapel, en una semana santa mi padre organizo un paseo para esta con unos amigos, entre ellos el señor Bairon Caney e Ivan Restrepo Lince, todos muy aficionados a la cacería de tórtolas y patos. El recorrido creo que lo describí muy bien anteriormente, el caso fue que llegamos a la finca en semana santa. Nos sentamos con mi hermano José Luis a hablar con los vaqueros en un corredor al final de la tarde, comenzaron los cuentos de espantos y brujas acompañados por narraciones de toda índole, mientras tanto la tarde caía y la noche ya llegaba y así llegaba mi miedo. Uno de los cuentos que mas recuerdo decía que ese día,o sea Viernes santo en todas las haciendas de la zona aparecía el diablo y además nos advertían que en semana santa no se podía salir de cacería. Pues preciso, nos acostamos y como a la una de la madrugada me agarra una sed la berraca y había que atravesar un patio de piedra para llegar a la cocina,el cual procedí a cruzar para calmar mi sed. Al regresar a la pieza vi un reflejo verde en el patio,y un a vos que decía : CUIDADOOOOO, no dude en lanzar al aire el vaso de agua y el grito mas grande que creo que he dado en mi vida, que sin duda desperto a todos los habitantes de las haciendas, entre ellos al señor Caney que salió en interiores preguntando que pasaba. Esa noche no dormí para nada esperando el regreso del diablo.
Al otro día mas calmado y regañado por todo el mundo, me aliste con las armas para salir de cacería con los amigos de mi padre, me eche al cinto una pistola Bereta Italiana que era mi preferida y me la prestaba el señor Restrepo para luego salir con la jauría de perros y vaqueros en busca de las presas. Nos metimos en la maleza y empezaron a cazar patos y todo lo que se moviera. Estabamos distribuidos en dos grupos,y cuando menos pensamos sonó un disparo de la escopeta Aya de mi padre que fue respondido por un grito de Bairon: Ernesto me diste, me mataste, me mataste. Llego hasta donde nos encontrábamos con la cara ensangrentada totalmente y efectivamente ,había sido blanco de mi padre quien no lo vio al disparar. Afortunadamente fue mas el escándalo pues solo unos pocos perdigones le dieron y no paso a mayores.
Moraleja : No salgas de cacería en semana santa .
Podría seguir con una infinidad de paseos mas como a Roldanillo Valle ,otros a la costa o en tren a la quiebra pero creo que me volvería un poco cansón.
Estos pues eran los paseos de aquellas épocas cuando se podía salir a cualquier parte con toda la tranquilidad y libertad, mas no comodidad

lunes, 4 de febrero de 2008

SOFIA LONDOÑO DE RESTREPO

Ésta fue para mí una de las mujeres más especiales en mi vida. Enviudó estando muy joven, casada con José Luis Restrepo, mi abuelo amado y desconocido, el cual se marchó en 1925.Quedó pues Sofy a la deriva como barco sin rumbo y con un par de hijos, Beatriz y Guido. Mi madre era la mayor y tan solo tenia cinco añitos. Viéndose mi abuela en tal situación, decidió arrancar para Europa con sus dos críos. Me imagino, a tomar consejo de su cuñado Juan María, alto prelado en Roma por esa época. Trascurrieron algunos años y por fin volvieron a estas tierras, ya para asentarse definitivamente. De la primera casa que me acuerdo, si mi memoria no me falla, estaba ubicada en la carrera el Palo, una cuadra antes de la Playa, muy cerca a la de su padre Don Paulino Londoño, donde íbamos los fines de semana a jugar con avispas quita calzones que estaban anidadas en el segundo piso de aquella casa. Vivian con mi abuela en ese entonces, la señora Clementina Trujillo, fundadora de Almacenes la Primavera, a quien se le dio el honor de ser mi madrina de bautizo, que por supuesto no recuerdo, pues murió al poco tiempo. También estaba nuestro tío Guido y Maruja, su ama de llaves. Desde que tengo uso de razón, recuerdo a mi abuela como gran benefactora y protectora de todos los sacerdotes de Medellín y pueblos aledaños. Tenía con otras amigas,algo así como un club de fans por los sacerdotes y organizaban bazares y todo tipo de celebraciones, ventas de empanadas, en fin, todo lo que se quiera imaginar con el fin de recoger plata para éstos. Otra de sus innumerables virtudes era ayudar a los menesterosos, hoy en día mendigos, que acudían a su casa cierto día de la semana para recibir un billetico de peso amarrado finamente en un papelito. Nunca se quitó el luto por su adorado José y jamás tuvo hombre distinto a él y a Jesús, pues los dos eran su adoración. Fue una mujer prudente y reservada hasta el día de su muerte a principios de los 80s. Si existe cielo, paraíso o como se le quiera llamar, creo, sin duda alguna, que ocupa un puesto privilegiado por su ayuda y entrega desinteresada a los sacerdotes y a los necesitados.

GUIDO RESTREPO

Po po postre era su frase habitual al llegar a nuestra casa los domingos al almuerzo. Toton o Guido le decíamos a nuestro tío por parte materna. Devorador incansable de crucigramas y cuanta chuchería pudiera comer, personaje caricaturesco de Medellín en los años 60s y 70s,no se perdía velorio alguno,pues era conocido de todo el mundo y aprovechaba estos, para expeler un sin numero de gases, sin que su rostro denotara sonrojo alguno.Recorría diariamente el centro empezando en el parque de Berrio para luego pasar a Junin donde no podía perdonar parada en Versalles o El Astor para alimentar su generosa humanidad. Luego pasaba al Parque de Bolívar donde aplastaba su cuerpo en una de las bancas para proceder hacer en medio de palomas y perros ,el crucigrama del día.
Contaba pues tío guido con una monumental masa de carne distribuida por su cuerpo, para luego rematar en su cara redonda ,donde se posaban unas gafas súper grandes, herramienta indispensable para sus crucigramas.
Que Guido trabajaba vendiendo seguros, era lo que decían pero jamás conocimos ni oficinas ni sueldo, fuera del que le daba mi amada abuela Sofy. Era pues como decimos “La flor del trabajo” .Su otra especialidad eran las golosinas, postres y bizcochos los cuales devoraba con afán indescriptible. Un día se marcho mi abuela Sofy para jamás volver y como era su niño mimado, no tardo en seguirla para siempre al paraíso donde sin duda debe estar disfrutando al lado de su amada madre los festines celestiales.

jueves, 24 de enero de 2008

CERRO VERDE Y LOS ARRAYANES

Ambos Nombres ligados a la naturaleza y al verde ,eran nuestras fincas , digo nuestras pues eran de dos hermanos, mi padre Ernesto y mi tío Rafael. En esa época estaban donde hoy en día hay cantidad de edificios, para ser mas exactos trasversal superior con los balsos.Eran prácticamente pegadas la una de la otra ,lo mismo que la gente, solo nos separaba una hilera de bambú. Heredadas de mi abuelo Rafael Echavarría eran el refugio nuestro los fines de semana y vacaciones, eran algo parecido al desahogue, pues llegábamos y automáticamente desaparecían nuestras tristezas para ser internadas en la yerba y los arboles que las rodeaban. Estaban como digo, rodeadas de todo tipo de vegetación ,ya difícil de ver hoy en día como eran los pomos, madroños, moras de castilla y una cantidad de matas raras .Las quebradas para apostar carreras de barquitos y pescar capitanes sobraban ,habían también un sin numero de perros pastores alemanes y colis los cuales nos acompañaban en nuestras múltiples cacerías de globos y pájaros, también disponíamos de un convento que creo haber mencionado en otro capitulo, donde nos vendían ostias y además nos excomulgaban. Nuestras únicas armas eran las caucheras o hondas de palos de guayabo talladas con navajas y pulidas al máximo, el final de las caucheras era una marquilla de los bluyines el roble que atravesaban varios cauchos que eran los que le daban fuerza a esta. También teníamos varios tipos de juguetes como trompos y yoyos marca Canuto los cuales elaboraban en nuestra presencia en Medellín.
Los vehículos de moda eran un Rambler y un Plymout ,acompañados por dos lambretas destartaladas que no nos dejaban oler a los pequeños y un Henry J gris de Rafael hijo.Había también una gran variedad de ciclas Monark (Todas sin frenos) que eran las únicas en que podíamos montar los pequeños, siendo humillados por las lambretas .No teníamos PC ,nintendos ni ningún tipo de juego, todo era inventado por nosotros ,hasta el horario que no tenia restricciones de ningún tipo, solamente cuando estábamos mamados entrábamos a tomar algo de limonada o algún jugo. Teatro privado también teníamos en la finca vecina del Dr. Henao Posada donde proyectaban cada ocho dias películas del gordo y el flaco en blanco y negro. Habia tambien olimpiadas, llamadas los múltiples que eran competencias con los vecinos de las fincas del sector donde se veía todo tipo de contiendas deportivas.
No había prohibiciones, las casas eran de todos y todos podíamos entrar y salir libremente de ambas ,no sabias donde ibas a almorzar o a comer, pues en ambas casas había todo tipo de manjares y asados, podías probar aquí y allá. Pero lo bueno no dura mucho y la ciudad creció y la nueva vía nuestra finca destruyo llevándose así uno de lo periodos mas bonitos de nuestra infancia.

jueves, 17 de enero de 2008

BELLA VISTA

Paso a narrar los hechos tal y como fueron ,en una de las etapas mas importantes en mi vida, sin ocultar nada. Corrían los años ochentas muy al principio y el narcotráfico y los narcos se movían como pez en el agua ,sin que nadie comentara nada. Entre ellos estaba yo, no como narco sino como servidor, en ese entonces trabajaba en una concesionaria Chevrolet en Medellín. Eran épocas de vacas gordas y el dinero se movía ágilmente y a gran escala. Vendía vehículos y todos los secuaces de Pablo y sus amigos iban y venían comprando carros últimos modelos y taxis. El monito me decían varios de ellos ,las propinas sin mentir en aquella época eran de doscientos mil o trescientos mil por agilizar las diligencias o tramites de matriculas y cupos de dichos vehículos. Se podrán imaginar un muchacho de mi edad con sueldo de mas o menos de tres millones en esa época. Caballo desbocado no lo para pasa rienda. Paseos, rumbas, carros y toda suerte de festines y atenciones. No me dolía nada ni creía en nadie, era pues el señor poder, amo indiscutible de todo lo que quisiera. Cierto día llego un ex compañero del colegio y me pidió el favor de que le ayudara a conseguir un camioneta Toyota cero kilómetros ,indagué a ver quien la tenia y lo remití a la agencia donde las vendían. En resumidas cuentas se dio el negocio y compro dicha camioneta. Cual no seria mi sorpresa cuando a los seis meses le quitan la camioneta por falsedad de papeles y dice muy orondo, el carro me lo vendió Juan Diego Echavarría. Al otro llegaron por mi cinco señores del F2, armados hasta los dientes y quede detenido. Derecho para los calabozos de Buenos Aires sin decir ni mu, yo un niño acostumbrado a tener todo y no creer en nadie, detenido y rodeado por lo menos por cincuenta malandrines. Quede mudo del susto y del miedo, pensando en mi madre y en sus principios morales y religiosos. Me dieron una llamada y llame a mi hermano mayor José Luis contándole lo injusto y equivocado de mi detención, a lo cual me replico, ándate tranquilo que yo arreglo la cosa. Que tranquilidad podía tener yo en ese momento, siendo carne de cañón fresca para bella Vista, en fin ,me llene de valor y aborde el furgón con la remisión para Bella Vista. Se podrán imaginar la ropa y la presencia mía en medio de un furgón lleno de presos lo que iba a provocar. Pues efectivamente fui despojado de todo ,menos de mi virginidad guardada con tanto ahincó. Llegamos a las seis de la tarde a la finca como le llaman, mamado, asfixiado y vuelto un física mierda. De allí hasta el otro día amanecimos en un calabozo colectivo ,entre unos ochenta reos tirados en el frio suelo. Quien duerme? Ni el putas. El único ratico que cerré el ojo tuve un sueño que creo que fue el respaldo para mi estadía en la finca. Un crucifijo en forma de balanza con la justicia en el medio.
Amanece ,tocan la diana a las cuatro de la mañana y suena un sarcástico himno a la libertad, luego nos empiezan a llamar y asignar los patios, me asignan el quinto y me consuelo con lo de que no hay quinto malo. Entro a ser parte de cuatrocientos presos en el quinto patio de Bella Vista de un día para otro y sin ningún tipo de instrucciones o normas de comportamiento. Me siento el ser mas degradado y despreciable del mundo, sin tener culpa alguna a lo que a mi se me acusa. En fin estando sentado escasamente con un pantalón, sin camisa ni zapatos, se me arrima el ser mas miedoso que he visto, quien se presenta como el gurre y me pregunta , que le pasa pichón de rico? A lo cual le conté mi trágica aventura .Usted tiene cara de contrabandista pero de repollos fue lo que me contesto y me invito a subir al tercer piso del patio. Cada patio tiene tres pisos y los presos son los dueños de cada piso y sus camas de cemento, eso si, si entras sin plata ,estas fregado o a dormir en el piso, pues todo tiene dueños y amos. Si no conoces a nadie te fregaste ,o pelas el billete para que te cuiden, te alimenten y puedas dormir en una cama de cemento. Bueno, me subí pues con el gurre al tercer piso y me presento sus ñeros ,ya me imaginaba durmiendo en piso frio, sin nada encima ,cuando el gurre dijo, muchachos este niño no parece malo vamos a darle una cama y efectivamente, me asignaron una cama blanda de cemento en la cual pude dormir entre comillas. Al otro día como de costumbre sonó la diana a las cuatro ,todos al primer piso y lista en mano nos llamaron a todos para luego pasar a las duchas colectivas para bañarse sin ningún tipo de recato al frente de doscientas personas ,tal como nos trajo mi Dios al mundo .Luego a pasar al bongo o restaurante , que varios perros en Medellín comen mejor que allí ,por lo cual se tiene el dicho ,que mas malo que la comida de Bella Vista. Como a las diez ,hubo consejo de los ñeros y me llamaron a interrogatorio ,preguntándome que sabia hacer , a lo cual respondí, se cocinar. Fue la palabra mágica , pues mucha gente ante lo malo de la comida tiene sus propios caspetes o restaurantes internos para vender comida pasable a los internos de modo. Desde ese momento en adelante me volví el personaje de moda pues hacia toda suerte de comidas y las vendíamos a todos los tres pisos ,hacían fila para probar mis frijoles y chicharrones, sancocho, lentejas ,bandeja paisa y muchos otros mas. Desde ese día en adelante me convertí en el niño mimado del gurre y sus secuaces y mi cama era respetada y exclusiva para mi ,sin costo alguno. Si tienes plata en la finca puedes manejar lo que quieras y conseguir lo que desees , desde licor, alimentos, droga en fin es un mercado persa. El domingo es el día de las visitas y si ya pasaste interrogatorio en juzgado, tienes derecho a que te hagan visita. Ese Domingo estaba yo en el primer piso relajado tomando el sol cuando suena el alto parlante replicando mi nombre, cual no seria ni susto pues yo no tenia derecho a visita y pensé para mis adentros, si es alguien de mi familia no soy capas de dar la cara. Salí con mucho disimulo mirando de reojo y vi una señora para mi desconocida la cual me llamo por mi nombre. Mas asustado que curioso salí donde ella y resulto que era la ayuda que me mandaba mi hermano , esposa de un famoso contrabandista abatido años antes, se había dedicado a dar consuelo a los presos sin causa y apoyo y se movía con tranquilidad por muchas cárceles del país. Me saco del patio y me llevo al segundo patio, cuyo regente en esa época era el famoso Mono Trejos, ladrón de bancos muy mentado , quien me brindo su apoyo y colaboración, es mas me ofreció alojamiento allí ,el cual rechace pues ya estaba amoldado a mis ñeros .
Desde ese día en adelante no me falto nada ,ni dinero, ni vigilancia ,ni apoyo pues el Mono había quedado muy encargado por dicha señora de no desampárame en ningún momento.
Baje dos veces a interrogatorio y afortunadamente se dieron cuenta de mi inocencia muy rápidamente. Al sábado siguiente ajustaba diez días ,estaba como siempre sentado tomando sol y me llamaron por alto parlante, corrí muy extrañado pues los sábados no hay visita ,era mi boleta de libertad , mi salida de la cárcel, era dejar mis nuevos compañeros era volver a la realidad, era decirles los dejo, los abandono. Para eses entonces tenia de todo ,camas, ropa, caspete y era un fuerte en el tercer piso. Subí lentamente al tercer piso con mi boleta de libertad entre la manos y un lagrima en los ojos paras darles a mis ñeros la fatídica noticia que ya mas no estaría con ellos. Ese día vi llorar tres ampones , me quite todo lo mío ,se los entregue y salí tal como entre, sin nada pero con una experiencia muy grande a mis espaldas de la cual he sacado muchas lecciones para vivir y entender esta efímera y pasajera vida. Gracias.