jueves, 7 de febrero de 2008

CRISTIAN

CRISTIAN
Fue y ha sido uno de los personajes más relevantes en nuestra infancia. Llegado a Colombia, procedente de Bélgica en al posguerra, años 48 ó 49 si mal no estoy. Según mi tía Olga, lo conoció recien casada esta, en un hotel llamado Europa Normandí. que quedaba en el centro de Medellín. Estuvo un tiempo en Bogotá, luego en Santa Marta y por último se puso a sembrar algodón en San Pelayo. Después de muchos ires y venires vino a Medellín donde se estableció definitivamente para montar algo relacionado con confecciones y terminar con autopartes.
El caso fue que mi tía Olga lo presento a mi padre y como el hablaba francés muy continuamente, pues cayó como anillo al dedo y empezó una bella relación con el. Luego se consieron con mi madre quien tambien venia de Europa y fue cuando mi madre cayo en manos de mi padre Ernesto, cuñado de OLga Escobar. Cristian, vivió un tiempo en mi casa estando nosotros muy pequeños, o sea, era como un tío más, ya que convivíamos con él. La pieza del primer piso era para él, y el famoso escarabajo, del que tanto hablo en mi infancia, era de él. Tenía pues éste, o tiene,( Murio hace poco) por que no ha cambiado casi, unas grandes entradas en su frente con un cabello ensortijado y pelirrojo y un figura como sacada de una de las películas del señor de los anillos. Su acento es paisabelga, todavía se nota, sin embargo creo que es más paisa que cualquiera de nosotros. Creo que lo hicimos sufrir al máximo, ya que la bulla y la algarabía de siete niños jodiendo en una casa al unísono, lo debieron haber atormentado mucho. También tenía, o tiene aun para nuestro disfrute, una finca en Rionegro a la cual íbamos continuamente en nuestra infancia de temperada para reunirnos con nuestros primos Restrepo Sanatamaría y hacer toda clase de pilatunas. ¡Qué épocas aquellas! Tenía Cristian, en una de las muchas piezas de dicha finca, un gran bar con una gigantesca colección de licores de todo el mundo, de piso a techo, pues es aficionado al licor. Entrábamos mi primo Gabriel Restrepo y yo, aprovechando descuidos y hacíamos degustaciones de varios licores para luego salir turuletos de ésta. Al correr de los años se mudó donde mi abuela Sofy, quien lo quería como un hijo mas. Al morir ésta, Cristian se mudó a un apartamento en el centro de Medellín donde vive aun, y seguirá viviendo hasta que San Juan agache el dedo, pues creo que no cambia a Colombia y a su gente por nada en el mundo. Como cosa extraña, como lo narro en otro capitulo, mi tía Olga murió estando él de visita en su casa, después de casi veinte años de no verse.

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