jueves, 24 de septiembre de 2009

JOSE LUIS RESTREPO JARAMILLO

Se refería mi hermana mercedes, en un articulo suyo en el Colombiano, a sus personajes inolvidables que son el padre Gustavo Vélez, Calixto y mi hermano muerto Ricardo Andrés.
Yo por el contrario y respetando su punto de vista, tengo uno, además de mi madre, mi abuela y nana a quienes siempre voy a admirar.
Se trata de mi abuelo materno, José Luis Restrepo Jaramillo. Hijo primogénito de Don Nicanor Restrepo, hermano de Gonzalo quien fue gran político, Cipriano pionero en el comercio de Antioquia, Juan Guillermo político, periodista y comerciante, en fin descendientes de una raza extraordinaria.
Tuvo la desgracia de morir de una peritonitis muy joven, apenas contaba con treinta y tres años, un niño como diríamos hoy. Escritor de varios libros y obras de teatro, fanático de los toros, trajo y sembró todo tipo de palmeras en el Bosque o Jardín botánico, comerciante al lado de su padre, militar al lado de su tío, el ya famoso Carlos E Restrepo, para el cual presto servicio en Bogotá en la guardia presidencial, padre y esposo fiel como el que mas. Era pues todo en uno, con el pasar de los años me pregunto adonde hubiere llegado si la parca no se hubiera ensañado en el. Siempre pienso en el y a veces me llega en sueños como una persona elegante que avanza hacia mi en medio de la neblina y me dice, acá estoy soy tu abuelo. Me hubiera gustado conocerlo, sentarme con el a charlar a que me contara sobre sus libros, sobre sofy su mujer, y sobre tantas cosas que nunca pude saber de el.
Hoy, ya tarde en el tiempo, no tengo a nadie a quien acudir para preguntar mas acerca de mi abuelo, que aunque nunca lo tuve, siempre lo llevo en mi mente y mi corazón.
Seguramente el día que me llamen a mi ( Que lejano este) la primera persona o alma que voy a buscar es a mi abuelo para darle un abrazo decir: Habemus abuelo, al fin te veo y te conozco.
Un abrazo donde quiera que estés.

martes, 22 de septiembre de 2009

JUAN SIN TIERRA, JUAN SIN NADA

Juan Sin Tierra, Juan sin Nada, etc.Yo soy Juan Sin Tierra, Juan sin Nada, Juan NN. El mundo está y estuvo lleno de gentes como yo, que no tenemos tierra, ni habitación, ni cuentas en el banco, ni tarjetas de crédito, ni propiedades, ni hacemos declaración de renta. Quizás somos más del 80% de la población del globo terrestre. Hacemos una comida al día. Todos hablan de nosotros, cuentan con nosotros para la mano de obra esclava o barata, para la Política, para la Religión, para las Grandes Causas. Los Salvadores y los Guerrilleros NO existirían sin nosotros.Sin gentes como yo, como todos los Juanes del mundo, no existirían Gandi, ni la madre Teresa, ni las Religiones, ni los Partidos Políticos, ni sus Jefes, ni Marx, ni Lenin, ni Mao, ni las ONG, ni las asociaciones de Derechos Humanos, ni Amnesty Intl, ni las monjitas, ni los curas, ni los revolucionarios, ni los guerrilleros, etc. ¡Qué bueno sería el mundo sin todos esos logreros, aprovechadores, ventajosos, que se montan sobre nuestras espaldas y cuyo peso nos mantiene doblegados!Lo malo de todo esto es que yo, Juan Sin Tierra, no los necesito, a ninguno de ellos, realmente. Mi causa, mi bienestar, mi modus vivendi y operandi… Se beneficiarían, quizás, grandemente, si toda esa gente NO se estuviera preocupando (como dicen falazmente) de mi bienestar, de mi comodidad, de mi suerte.Dicen que el 86% del Producto Bruto está en manos del 20% de la población, que hay 76% de gente letrada en los países del mundo, que se transan diariamente 1.5 billones de monedas duras entre la gente que las tiene, que una llamada telefónica de NY a Londres costaba US $0,35 en el 98, cuando en 1930 su costo era de US $245.Nada de esto me importa a mí, a nosotros, los Juanes del mundo, de los cuales la mitad NO hemos hecho una llamada en la vida, NO tenemos teléfono. NO nos importa, ni los necesitamos. NO sabemos leer, ni nos interesa. NO nos importa que cada vez haya menos periódicos (nos sirven a veces para cobijarnos y defendernos del frío). No estamos interesados en revistas lujosas y llenas de fotografías lujuriosas a todo color, con chicas semidesnudas, cuyos atributos se resaltan con operaciones y con luces y ángulos que las hacen más protuberantes y sobresalientes.Somos la mayoría en el globo terrestre y no nos importa que el hombre haya ido (¿Si iría realmente?) a la luna, ni que haya satélites artificiales. No tenemos TV, ni carros, ni garajes, ni mansiones que cuidar, que proteger, que defender. En este sentido vivimos más tranquilos y podemos dormir con los dos ojos. El rico apenas puede dormir, a ratos, con un ojo. No estamos acá para mejorar la raza, ni para hacer progresos, ni grandes obras. No nos importan, ni nos benefician, ni nos sirven, como se ha demostrado a través de la historia. Nuestros nombres, nuestra causa, nuestro bienestar… Han sido la disculpa de tantas guerras, miseria, desbarajuste que mejor sería que nos dejaran morir, desaparecer tranquilamente.

domingo, 13 de septiembre de 2009

GUSTAVO VELEZ EN LO PERSONAL


En la piel de Ana Mercedes Calixto se quedó para siempre

MUCHO MÁS QUE una relación de trabajo unió al padre Gustavo Vélez Vásquez con la directora de EL COLOMBIANO, Ana Mercedes Gómez Martínez. Su encuentro fue de vida, de compartir muchos instantes, de él ser su guía, una luz en las dificultades.


Gustavo Ospina Zapata - Medellín | Publicado el 13 de septiembre de 2009

Fue tan grande el afecto que unió al padre Gustavo Vélez Vásquez con Ana Mercedes Gómez Martínez, que ella confiesa muy tranquila que el religioso fue la única persona que penetró la más secreta de las rendijas de su vida, la que en sicología llaman "ventanita de Yohai".

Ana Mercedes, directora de este periódico, lo expresa con la mirada inundada de ternura. El recuerdo de los bellos momentos que compartió y vivió con el que fue su gran amigo la inunda de paz, pero en sus ojos siguen intactas las huellas de la tristeza por su muerte.

-Es la persona que más sabe de mí, al que le abrí ese pedacito de vida que uno guarda como secreto y que no comparte con nadie, el Padre Gustavo incluso llegó hasta ese lugar tan recóndito-, afirma Ana Mercedes un día después de que el Padre Calixto fuera sepultado en Jardines Montesacro.

Ella y Beatriz Restrepo de Echavarría -la que fuera su maestra en el colegio El Sagrado Corazón-, junto al Padre Gustavo Vélez, formaron un triángulo de amor, lealtad y amistad que se conservó a través de los tiempos, por más de 30 años.

Juntos crearon la columna Tejas Arriba en tiempos en los que la Iglesia no salía de su ortodoxia y el mensaje del Evangelio y las Sagradas Escrituras aún se hacían inalcanzables para la mayoría.

Cuenta Ana Mercedes que al principio los textos salían algo pesados, que ella le decía que cambiara el lenguaje, "que así no lo iban a entender" y que incluso le llegó a decir mañé al título de la columna, pero que el Padre la desarmó con una reflexión muy sencilla:

-Nos dijo: es que abajo del techo estamos todos, pero arriba están las cosas de Dios que es de lo que yo les voy a hablar-.

En ese triángulo que fue de afectos más que de trabajo, según siento, Beatriz Restrepo, quien murió hace doce años, fue el vehículo que sirvió para que Ana Mercedes y el Padre se conocieran. Beatriz logró una gran amistad con Ana y a inicios de los 70 se hizo un congreso de ex alumnas del Sagrado Corazón en Medellín, evento al cual llegó el sacerdote, y desde ese día sus vidas quedaron conectadas, recuerda Ana Mercedes.

Y fue un encuentro tan vital, con tantas coincidencias en los sentimientos y en la manera de ver el mundo y las cosas de la sociedad, que ya nunca más se separaron.

-Muchas cosas sé que nos quedaron pendientes, pero siento que él todavía está-, apunta Ana Mercedes, que no dejará morir el legado del Padre Gustavo, pues sus columnas se repetirán cada domingo en este diario, "porque son universales y no pierden vigencia en el tiempo", añade.

Otros recuerdos, otra gente
María Mercedes Echavarría y su hermana Ana Alicia, hijas de Beatriz, también recuerdan muchas historias del sacerdote con su madre. Muchas visitas a su casa, muchos apuntes del padre. Pero sobre todo, la sabiduría del religioso que supo acercárseles con familiaridad de amigo antes que de confesor.

-Es que él perdonaba, no juzgaba, uno sentía que lo acompañaba-, recuerda Ana Alicia.

-Sus misas eran distintas, eran como un diálogo-, afirma María Mercedes Echavarría, que rememora la vez que el Padre, de una forma muy particular, le sacó un espanto de su apartamento.

-Uno de mis perros se levantaba a medianoche a ladrar y ladrar y yo sentía que veía un espíritu y entonces invité al Padre a que me bendijera la casa y sacara ese espanto. Él fue y se rió, me dijo que lo que el perro veía era a él mismo en un vidrio de la puerta, que no era ningún espíritu-.

David, un hijo de Ana Mercedes, siente que con el Padre Gustavo él pudo acercarse mucho más a la Iglesia, porque sabía conectarse con la juventud.

-Él transmitía algo diferente, uno le podía plantear cualquier cosa y nunca lo regañaba, mientras mucha parte de la Iglesia iba para atrás, el padre era para adelante. Los jóvenes éramos capaces de sentarnos a hablar con él-.

Cuando uno ama mucho a otro, pero este va, algo queda en la piel. El Padre Calixto, no hay duda, se quedó en la piel de Ana Mercedes y mucho más adentro: en su corazón, en su alma, en sus recuerdos, pero sobre todo en sus compromisos con la vida.

Ella, uno lo nota, sintió la muerte de Calixto como un golpe, pero poco a poco ha ido asumiendo que su amigo fue llamado por Dios luego de cumplir su ciclo.

Entonces, también ha ido aclarando en su mente que tiene un amigo mayor, el que está junto a Dios guiándola, dándole consuelo en las dificultades o listo a compartir sus alegrías. El amigo del alma ahí está, por siempre. En su silencio, ella lo está sintiendo.

Contexto


"Papis" marcaron una pauta

Otro de los recuerdos que tiene Ana Mercedes de su trabajo con Beatriz Restrepo y el Padre Calixto son los llamados "Papis", nombre que acuñaron para citar una página dedicada al hogar que tuvieron a finales del los 70, cuando Ana Mercedes sintió que EL COLOMBIANO necesitaba un espacio así.

Se llamaban los papis porque la columna era un diálogo familiar que partía de preguntas que los padres y los hijos se hacían entre sí. Estos diálogos también los firmaba Calixto. El título era una pregunta y marcaron un hito para el nacimiento de las páginas En familia que se conocen hoy día en los medios.

jueves, 10 de septiembre de 2009

EL COLOMBIANO Y CALIXTO


Campesino de la zona hallaron en la tarde de este miércoles el cuerpo sin vida del sacerdote Gustavo Vélez, más conocido como Calixto.
Desde el domingo en la tarde, en medio de su rutina de caminante, se extravió en la reserva forestal Bosques de San Sebastián, una zona de 300 hectáreas cubierta durante estos días por más de 500 socorristas que no frenaron un solo minuto su búsqueda.
El prelado escribió durante más de 30 años la columna Tejas arriba en el periódico El Colombiano y de su labor evangelizadora dan testimonio muchos fieles.
Estamos seguros de que tú eres uno de esos que guarda para su vida las enseñanzas del padre.

Palabras para el amigo
"Triste final el de este sacerdote que, aunque nunca lo conocí, siempre lo sentí como mi amigo. Paz en su tumba".
Jaime Cadavid Amaya

“El sacerdote Gustavo Vélez fue muy querido en el parque de Envigado porque en muchas ocasiones, desde este lugar iniciaba sus marchas hacia la gran montaña: el Alto de San Rafael. La muerte de nuestro querido hombre de Dios simplemente fue un llamado especial que él vivió desde aquel lugar”.
Nicolás Arango Muñoz

"El padre Gustavo Vélez fue mi formador en el Seminario Mayor de Medellín, en 1986.
Ahora como sacerdote en Estados Unidos, lo recuerdo como un hombre sencillo, sereno, de oración aterrizada y en verdad, sencillo en explicar la riqueza del Evangelio.
Por ser sencillo en las explicaciones de la Palabra de Dios, hacía que yo tomara más interés en mi vocación sacerdotal.
El padre Gustavo era amable e inspiraba confianza. Tuve la dicha de volver a verlo después de muchos años acá en Atlanta, en una reunión con otros sacerdotes latinos.
Por eso, con pesar por su deceso, envío mis condolencias a su familia.
No obstante, sé que Dios lo tiene allá en su gloria, pues fue un hombre bueno que dejó huella en todo aquel que lo conoció.
Mi intención en la misa, hoy jueves vocacional, será por el padre Gustavo Vélez.

Desde Estados Unidos, un fraternal saludo".
Fray Rafael Castaño

"A principios del mes de julio acompañé a mi tío abuelo, Daniel Toro, compañero de seminario y amigo del padre Gustavo, a visitarlo al santuario de la Madre Laura.
Qué par de amigos, los acompañantes nos quedamos visitando el templo mientras ellos dos, en medio de risas y charlas, revisaban unas partituras.
Daniel, mi tío abuelo, está demasiado triste por lo sucedido, pues su mejor amigo, el que siempre vivía pendiente de él, se le ha ido.
Daniel siempre me ha contado que Gustavo lo llamaba con mucha frecuencia y se reunían para los ensayos, para tocar el piano juntos.
Tenemos un dolor muy grande por esta pérdida, pero a la vez tenemos la tranquilidad y damos gracias a Dios porque apareció y no quedamos en la zozobra de saber qué había sucedido".
Ana Virginia Toro R.

"Soy un sacerdote de Jericó y trabajo en la misión en el África. Un día leí la página del padre Gustavo en El Colombiano y, con sus letras, se me entró el deseo de la misión, de ir lejos y llevar la Buena Nueva de Jesús.
Le escribí al padre Calixto preguntándole qué hacer, y a los ochos días, lo que nunca imaginé, estaba ya visitándome y diciéndome que la misión y el África eran posibles.
Desde ese día tengo la alegría de la misión. Hace sólo unos días le escribí diciéndole que gracias a él puedo estar en Kenya, entre los samburu, la más feliz de las noticias".
Jairo Alberto Franco

"Nuestro Dios ya no quiso que el padre Gustavo lo siguiera comtemplado Tejas arriba y para fortuna del padre e infortunio de nosotros, Él decidió que nos contemplara desde el tejado del cielo, es decir que nos mirara tejas abajo".
Jaír Solarte Padilla

"Junto al padre Daniel Toro, amigo desde la infancia del padre Calixto y otros jóvenes como yo, nos reuníamos uno o dos días a la semana con el padre Gustavo, para compartir el gusto por la música. Él dentro del grupo tocaba el violin y los demás, otros instrumentos como piano, viola, saxo y clarinete.
Estas reuniones las hacíamos para tocar las obras musicales fruto del trabajo del padre Calixto(que aportaba la letra para las canciones, como buen literato que era) y del padre Daniel(quien componía la parte musical). Tavo, qué falta tan inmensa nos vas a hacer y qué gran persona la que Dios llamó a su lado".
Juan Pablo Restrepo Herón

"Del padre Gustavo Vélez recuerdo que siempre fue joven y físicamente no revelaba su verdadera edad. Esto me confirma cómo en él hubo perfecta armonía en su vida de fe como sacerdote y en su relación con la cotidianidad.
Su testimonio me anima a continuar creciendo en la fe y a seguir familiarizándome más con el Señor".
Hernán Alonso Marín

“Soy sacerdote de San Pedro, de la Diócesis de Santa Rosa de Osos, y al igual que muchos pude compartir con el padre Calixto en varios momentos de nuestra vida sacerdotal.
Nos dirigió varios retiros, especialmente recuerdo mucho uno en el Seminario, con sus pequeñas anécdotas llenas de sentido, que hacían crecer el gusto por el Evangelio, por la misión y nuestra labor sacerdotal.
La última vez compartí unas palabras con él en el santuario de la madre Laura, en Belén, donde prestaba su servicio como capellán.
Sin lugar a dudas, el cielo ganó un santo, pero en la Tierra queda el vacío de un apóstol incansable de Dios. Paz en su tumba".
Pbro. Diego León Arroyave Zapata

"El corazón de muchos colombianos está de duelo por la partida del padre Calixto y en el cielo hay fiesta por su llegada. Sus enseñazas, consejos y sabiduría quedarán eternamente en nuestros corazones. Fuiste más que un sacerdote, tu misión fue ser un verdadero profeta en la Tierra. Desde Tejas arriba serás nuestro ángel guardián y protector aquí en la Tierra".
María Helena Suárez

"No había sino que mirarlo a los ojos para ver la claridad de su alma y estando en su presencia se sentía la paz que sólo se siente al lado de las personas que viven así.
Oírlo hablar era un gusto y simpre se estaba atento a grandes enseñanzas y creo que Dios lo llamó en su justo tiempo.
Un gran legado, lo extrañaremos los domingos enormemente en su columna".
Luis Guillermo Angulo C.

"Hablar del padre Gustavo Vélez es hablar de Beatriz Restrepo, de Ana Mercedes Gómez, de Calixto, de Tejas arriba, de ese gran equipo que formaron los tres hace treinta y un años, con el afán desinteresado de hacer llegar semanalmente a los lectores de El Colombiano su columna.
No tenemos con quién reemplazarlo pues sería en vano encontrar una persona que reúna tantos dones como Gustavo Vélez. Él no daba ni decía misa, se entregaba a su gente en una amena charla espiritual en la que, sin querer queriendo, nos iba metiendo a Dios por todos los lados.
He asistido a varias ceremonias y estoy seguro de que nunca nadie nos podrá hacer llegar un mensaje espiritual como él lo hacía. Para él no existe la muerte y la enfermedad, pues sólo son estados del cuerpo, no cambios negativos como la mayoría lo creemos.
El humor mordaz y el positivismo siempre estuvieron presentes en él, una sonrisa o buen comentario como respuesta a nuestras preguntas.
Consejero infatigable, amigo y compañero y franco y sincero como él solo. El domingo 6 de septiembre le dio por subir montaña arriba con otro compañero.
Sarcásticamente, Calixto se nos fue un domingo montaña arriba a dialogar con Dios.
Siempre estuvo y seguirá estando con los que tuvimos el privilegio de haberlo conocido".
Juan Diego Echavarría Restrepo

"El fallecimiento del padre Calixto genera para nosotros los católicos una gran pérdida, ya que este hombre tan maravilloso era un verdadero representante de Cristo en la Tierra, nos llenaba de paz y alegría con sus homilías y predicaciones acerca de la palabra de Dios.
Que el Señor lo tenga en su seno y que el padre desde el cielo nos siga bendiciendo con su dulce mirada".
Astrid Elena Valderrama L.

“Creo que ya es tarde, pero el lugar tenía que ser bombardeado con unos treinta maletines que contuvieran una o dos cobijas, una chaqueta, comida y un celular con tres baterías. Ya el padre está con Dios, bendito sea”.
Luis Gómez Carder
"El padre Calixto tenía la habilidad de la oratoria, su discurso ameno y humanizante muchas veces nos hizo aterrizar el Evangelio, que a veces vemos tan distante de nuestras vidas".
Liliana

"Lo conocí una tarde, en la década de los 80 en Abejorral, cuando fue a predicar en una Semana Santa. Estaba con una ruana blanca y una sonrisa transparente.
Me habló de la pasión por la misión universal, su pasión, por el deseo de que el Evangelio llegara a remotos continentes para alumbrar las sombras de la paganidad y desde ahí él se convirtió en mi orientador vocacional por parte del Instituto de Misiones Extranjeras de Yarumal.
Desde pequeño crecí escuchando su música y sus canciones: Por seguir a un profeta, Una vez me dijo el Señor, Corazón misionero, Hermanos, qué bueno es, entre tantas otras.
Conversábamos constantemente de todo un poco: de los remiendos en la colcha de retazos, de los proyectos del Reino, del Imey, de los laicos en la misión, de nuestros proyectos de vida.
Seguí frecuentemente sus columnas en El Colombiano, desde Tejas arriba hasta las de Lunes hogareño (infortunadamente desaparecidas).
Siempre quise que él escribiera el prólogo de mi próximo libro: 'Laicos misioneros: luz y sal de la Tierra'.
La voz de Calixto llegaba a todos los rincones del mundo: escritos mediante la web, los libros, las revistas y los periódicos, la televisión, la radio o de una manera más personalizada: era invitado a orientar retiros espirituales y talleres de pastoral al clero, a las religiosas, obispos y laicos de muchas iglesias particulares.
En este año el Instituto de Misiones Extranjeras de Yarumal, en nombre de la Iglesia colombiana, se está encargando de enviar santos a la patria celestial.
Calixto, en el cielo Dios estará contigo. Nosotros te acompañamos desde aquí".
Jorge Hernán Jaramillo Guzmán

"Con la tristeza infinita que siento al enterarme de la muerte inverosímil y solitaria que sufrió el padre Gustavo, y ante la imposibilidad de poder acompañarlo en su misa de despedida, vienen a mi memoria las imágenes de su presencia alegre cuando nos encontrábamos en Medellín, de sus palabras cálidas en los momentos felices de reunión familiar todos los diciembres, así como de aquellas consoladoras y de aliento que nos dio durante los momentos difíciles, cuando nuestros seres queridos se fueron a la eternidad.
En la mucha falta que 'Calixto' nos hará, encuentro cierto consuelo al pensar que este ser humano pródigo y sabio ha sido recibido en brazos por el Gran Arquitecto del Universo, en el lugar al que realmente pertenece. Paz en su tumba".
Mauricio Vásquez S.

"Hace mucho tiempo conocí a Calixto. El destino nos llevó a trabajar juntos en muchas ocasiones. Para mí, era el más grande como confesor, consejero y amigo. Siempre estuvo ahí.
Ahora desde el cielo nos ayudará. Quiso el destino que me encontrara por fuera del país en el momento de su partida. Pero desde los Estados Unidos, sé que está con nosotros.
Gracias Calixto, gracias por todo. Pide por nosotros".
Carlos Fernando Villa Gómez

"Estando niño y hasta muy joven, para mí era una devoción y una gran satisfacción poder leer la columna del padre en el periódico El Colombiano, escrita sobre la liturgia del domingo.
Esto se convertía para mí en una verdadera homilía, infaltable cada ocho días. De este modo llegué a sentir a veces que cumplía mi deber dominical de ir a misa o por lo menos de conocer el Evangelio semanal".
Jaime A. Jaramillo Agudelo

"El padre Gustavo Vélez, "Calixto", celebró mi matrimonio el 26 de abril de 2009, fue una hermosa ceremonia realizada en español e italiano, ya que mi esposo es italiano.
Lamento el fallecimiento de este gran hombre, que en vida fuera el mejor amigo de mi padre, quien también falleció el 12 de febrero del presente año, y agradezco infinitamente todas las bendiciones que de él recibió mi familia en todo momento.
‘Calixto’ era el mejor amigo de mi padre, Jesús Jaramillo Posada, quien también falleció el 12 de febrero de 2009. En vida realizaban juntos un programa radial bajo los seudónimos Calixto y Zaqueo, su simpatía y lealtad siempre estuvo presente durante muchos años de amistad y aún después de su muerte, celebrando en compañía de otros sacerdotes la ceremonia, tras el fallecimiento de mi padre.
Sus palabras de apoyo y su presencia continua durante la penosa enfermedad que terminó con la vida de mi padre, siempre serán motivo de gratitud. Aún recuerdo las palabras que él me dijo el día antes de su muerte: 'Calixto es un verdadero amigo' ".
Gloria Patricia Jaramillo

Lectores enviaron mensajes de ánimo para el padre Calixto

MAS SOBRE EL PADRE GUSTAVO

Después de tres días de incertidumbre, sin dormir más de una hora, pensando en qué podría estar sucediendo, rezando todas las oraciones que no pronunciaba en voz alta desde el día que estalló esa bomba que nos robó, a mí el hermano y a usted, padre, el entrañable amigo, recibo una llamada de Ana Mercedes pidiendo que escriba algo en nombre de mi familia acerca de usted.

Si alguien pudiera leer mi alma y la de mis hermanos no terminaría nunca de hablar de lo que significó para cada uno de nosotros su presencia. Siempre que pienso en usted la primera imagen que aparece en mi memoria es cuando llegaba a casa por las tardes y encontraba en el salón tres personas sentadas: Mi mamá, Ana Mercedes y usted, padre. Sentía envidia de la buena. Los tres hablaban al mismo tiempo, escribían, se corregían y se burlaban el uno del otro riendo toda la tarde. Uno de mis sueños siempre fue tener un grupo de amigos así. Tejas arriba, Calixto, eran el día a día de nuestra casa. Después al anochecer cenaba con nosotros. En la cabecera de la mesa decía una oración sencilla. Mientras rezaba pensaba que sus manos debían ser parecidas a las de los Ángeles. La conversación era siempre sabrosa y llena de anécdotas. Usted la mitad del tiempo reía sin parar ante los chistes de Ricky mientras mi mamá se consumía haciendo fuerza al otro lado de la mesa.

Recuerdo también su sencillez, esa cualidad que para mí solo tienen los hombres sabios. Mi familia siempre encontró en usted el consejero que escuchaba sin juzgar, que daba la mano sin criticar. Alguien muy parecido al Dios del que mi mamá siempre nos habló. Dulce y comprensivo. Que recibe todo aquel que quisiera acercarse a él como uno recibe a la gente que ama de verdad: A pesar de todo.

Usted era la persona más cercana a los dos grandes personajes de mi vida: Mi mamá y Ricardo, mi hermano. Comprendía y admiraba a ambos. Era el amigo y el cómplice de los dos. Mi mamá mucho mayor que usted, mujer llena de vida y con ansias infinitas de abrazar el mundo, Ricky mucho menor, con el deseo de vivir y de probarlo todo. Ellos encontraron en usted, padre, todo lo que busca una persona en el otro.

Nosotros, los seis que quedamos cuando ellos dos se fueron, veíamos en usted, padre, al papá, al hombre que sin saberlo deseas imitar. Al amigo. Cuando nos reuníamos con usted era como volver un poco a casa.

Se nos fue el padre, el amigo y una parte queridísima de nuestra historia. En la misa de Ricky, al ver el gentío, usted empezó diciendo: "Allá debe de estar Ricky diciendo "Eh ave maría padre! yo no sabía que a mí me querían tanto". Mañana, padre, en su misa estoy segura que usted va a decir las mismas palabras, "Ricky, hombre, te gané, no sabíamos que a mí me querían tanto" y los dos se van a abrazar sin parar de reír.

Buen viaje y buena mar de parte de todos los hijos de Beatriz.

* MARIA MERCEDES ECHAVARRIA, en Nombre De Su Familia

miércoles, 9 de septiembre de 2009

GUSTAVO VELEZ, PADRE, AMIGO Y HERMANO


Hablar del padre Gustavo Vélez es hablar de Beatriz Restrepo, de Ana Mercedes Gómez de Calixto, de tejas arriba, de ese gran equipo que formaban los tres hace treinta y un años atrás, con el afán desinteresado para hacer llegar semanalmente a los lectores del Colombiano su ya conocida columna, tejas arriba y anteriormente los ya conocidos Papis.
No tenemos con quien reemplazarlo pues seria en vano encontrar una persona que reúna tantos dones como Gustavo Vélez. El no da, ni dice misa, el se entrega a su gente en una amena charla espiritual en la que sin querer queriendo nos va metiendo a Dios por todos los lados. He asistido a varias ceremonias y creo o estoy seguro que nunca nadie nos podrá hacer llegar un mensaje espiritual como el lo hace. Para el no existe la muerte y la enfermedad, pues solo son estados del cuerpo, no cambios negativos como la mayoría lo creemos. El humor mordaz y el positivismo siempre están presentes en el, una sonrisa o buen comentario como respuesta a nuestras preguntas. Consejero infatigable, amigo, compañero, franco y sincero como el solo. El Domingo 7 de Septiembre, le dio por subir montaña arriba con otro compañero y no aparece.
Sarcásticamente, Calixto se nos fue un Domingo montaña arriba a dialogar con Dios. Siempre ha estado y seguirá estando con los que tuvimos el privilegio de haberlo conocido.
Se me olvidaba, resucitó al tercer día, hoy Miércoles.